domingo, 25 de mayo de 2008

Te atreves

Tengo ganas de sentir tu piel sobre mi piel
Tengo ganas de sentir tu sudor en mi sudor
Tengo ganas...
¿Qué dices?
¿Te atreves?

viernes, 16 de mayo de 2008

Esa tarde

Llegué si avisar, toque la puerta de tu departamento, abriste y me miraste sorprendido, después de tantos meses de no vernos te veías distinto, pero me seguías gustando, esa barba desgarbada te hacía ver interesante. Vestías un cómodo pantaloncillo corto, una camiseta tipo rockera y andabas descalzo.

Me saludaste con un beso en la mejilla y preguntaste
- ¿cómo estas?

Te respondí con un poco de ironía
-Lo que se ve no se pregunta, pero estoy bien

Me invitaste a pasar, me diste un abrazo con tanto gusto, que quedamos así sin decir media palabra un buen rato, sentí la tranquilidad que siempre me hacías tener, cerré los ojos para que ese momento no terminará o simplemente dejarlo guardado en mis recuerdos. Después me dijiste estabas ocupado viendo algunos proyectos y tenías que hacer algunas llamadas telefónicas. Te acompañe a tu estudio, ahi hiciste una llamada, le dijiste a un amigo tuyo que estarías con él en media hora más, aprovechaste para responder algunos correos, pero a la vez seguíamos conversando de nuestros proyectos, de la vida, de todo un poco y de nada en sí.

Vi el cansancio reflejado en tu rostro, tantos días de insomnio, tanto trabajo, tantas presiones, así que en lo que respondiste el último correo, me senté frente a tí, tome uno de tus pies, los puse en mis piernas y empecé a darte un pequeño pero riquisimo masaje, la sensación de volverte a tocar aunque fuera de esta forma hizo que me vinieran los recuerdos de antaño, pero me decía a mi misma que no podía ser, que las "normas" y las "reglas sociales" lo impedían porque tu y yo eramos "solo amigos", así que seguí con el masaje en tus muslos, tus rodillas, tus pantorrilas, me fui a cada uno de tus dedos, a la planta de los pies, los talones y el empeine.

Sentí como poco a poco te fuiste relajando, te recargaste con un gusto en tu sillón, cerraste los ojos, me dijiste que era justo lo que necesitabas, de nuevo, al verte indefenso frente a mi, volvieron los malos pensamientos, así que seguí con tu masaje para ahuyentarlos de mi mente y de mi cuerpo.

Cuando menos pensamos ya había pasado la media hora que le habías dicho a tu amigo, te dije me tenía que ir, ya que también en mi caso tenía compromiso, me acompañaste a la puerta de tu depa, me diste las gracias por el mini masaje de piernas y pies, me abrazaste, me diste un beso en la mejilla derecha, pero al sentirte tan cerca de mí, no pude contenerme y te besé en la boca.

Tanto tu como yo estuvimos contenidos todo el tiempo que estuvimos hablando, ese beso no pudo hacer que nos separaramos, mi cuerpo te pedía a gritos me tomarás, tu cuerpo me pedía a gritos te sintiera.

Esos besos eran el deseo mismo, tu lengua jugando con la mía, mordidas en los labios, en la lengua, en la barbilla, así sin más, me baje directo a tu miembro, tu pene estaba riquisimo, erecto, con un poco de semen asomándose con timidez. Tomé tu pene con mis manos, pensé en saborearlo con mi lengua, pero a último momento me lo quise comer por completo, me tomaste del cabello, sentí como me jalabas hacia ti, era riquisimo tenerte dentro de mí, topando en mi garganta, dejarme sin aliento, quería más de ti... mucho más... quería comerte por todo el tiempo que no te había tenido. Te pregunte si te gustaba, me respondiste con voz entrecortada ¡Claro que me gusta! y seguí... seguí bebiéndome tu miel, seguí saboreandote a fondo, seguí hasta el cansancio.

Un poco antes de terminar jalaste una silla, te sentaste en ella, me puse de rodillas y segui haciendote sexo oral, tu sabes que me encantas, tu sabes que me vuelves loca, tu forma, tu tamaño, tu grosor, tu olor, todo tú. Me jalaste hacia ti, ahora fuiste tú quien me quito la blusa de un tirón, mordiste mis pezones, esos pezones duros, exitados, me dijiste que me habías extrañado. Al estar comiendo mis pechos, avente mis zapatillas a un lado, me quite el pantalón, me baje la tanga, me puse de espalda a ti y me sente sobre ti, te cabalgue con ansias, con nostalgia, te cabalgue con deseo, pero no podía gritar de placer porque estabamos casi junto a la puerta de entrada, así que me mordía los labios y sólo gemía, gemía con cada entrada de tu pene dentro de mí, gemía por cada sensación, por cada latido acelerado de mi corazón. Me exitaba cada que pasabas tus manos sobre mi espalda, cada que la recorrías con la punta de tus dedos, cada que tu lengua rozaba mis hombros.

Me puse de frente a ti y seguí cabalgandote, seguí con fuerza, sentía que no podía más, que iba a mojarte por completo, que mis líquidos fluirían sin poder parar, nos volvimos a besar, me dijiste que ya no aguantabas más y te veniste dentro de mí, al sentir tu fuerza mis líquidos no se detuvieron, así sin más quedamos exhaustos los dos, abrazados, con ganas de no separarnos... Sentados sobre esa silla volvimos a besarnos, pero ahora con ternura.

Sonó tu teléfono, me levante para darme un ducha rápida, cuando baje seguías al teléfono, le estabas diciendo a tu amigo que ibas terminando un trabajo pendiente y así, sin darte oportunidad de nada más, te hice una seña de que me iba, te mande un beso, abrí la puerta y salí de tu departamento con una gran sonrisa por haber cumplido una idea loca pero a la vez que quería hacer desde el primer día que te deje de ver.

jueves, 15 de mayo de 2008

Consejos

A la hora del amor llega desnudo,
desnudo y puro,
como quien vive su muerte y resucita.

BESA
hasta que sean de piedra tus labios
y tu lengua.

ACARICIA
hasta que palidezcan los tigres camorreros.

ENTRÉGATE
con la avidez del sediento en la taberna,
con fervor, con pavor,
no retrocedas.

Y en la batalla de labios y de huesos,
en la apretada urdimbre de dos cuerpos
baja cantando, como un minero iluminado,
para cavar muy hondo entre mis muslos.

F.A.U.
Colombia

martes, 13 de mayo de 2008

Anclado en mi

Noche cómplice...
de todo...
para todo...
en todo...
empapada de ti...
estás en mis manos...
en mis labios…
en mis ojos...
en mi lengua...
en mi aliento...
estoy en tu olor...

Cómplices de una nueva forma de amar...
donde se dejan llevar por el sentir...
sin restricciones...
sin prejuicios...
sin pudores...
Dos cuerpos en la entrega se sienten...
se moldean...
se descubren...
el beso furtivo aprendiéndolo...
pero el deseo,
el amor y en la excitación
te vuelvo experto...

Tanto deseo contenido por tanto tiempo...
que al encuentro esa voragine explota con un simple beso...

Tus besos...
Es que existen otros mejores?
Suaves...
tiernos...
fuertes...
poderosos...
intensos...
salvajes...
la excitación nace tan solo al roce de ellos...

Exorbitante excitación
que a mi mente abandona,
impetuosa me visto de ella
y dejo que me arrastre a tu cuerpo...

Descomunal pasión que despierta
tu mirada...
tus caricias...
tus besos...

Y el universo estalló
y solo tu y yo fuimos responsables...
No me fui... no te fuiste... anclado quedaste en mi...
Y sigues estando en mi...


Venus
Erotismo Placentero

domingo, 11 de mayo de 2008

Primer viaje

Un día por razones de trabajo y a recibir una instrucción fue enviada de la oficina a una ciudad en el exterior, viajaba sola, era la primera vez que salía del país, todo era nuevo para ella, desde el viajar en primera clase en avión, registrarse en un hotel de cinco estrellas de una hermosa ciudad, hasta conocer personas con muy diferentes culturas. El día de su llegada enviaron a un conductor a recibirle al aeropuerto el cual seria su conductor asignado por la compañía durante su estadía allá. Era un hombre trigueño, alto de unos 25 a 30 años de mirada alegre, muy atento, conversador y dinámico.

Esa misma tarde le llevo a conocer la empresa donde recibiría instrucción, fue presentada y le enseñaron todas las instalaciones y los diferentes departamentos. En la noche, exhausta del viaje y del recorrido en la compañía sus pies estaban muy cansados, adoloridos por estar tanto tiempo de pie y con un calor sofocante. Al llegar al hotel él le sugirió que tomara un baño en el jacuzzi y solicitara la cena al cuarto. El preparo todo por que conocía la forma del funcionamiento de ese baño. Coloco música y se dispuso a leer en la sala de estar hasta que trajeran la cena.

Estando en el jacuzzi, él le pregunto si deseaba beber algo, de lo que le ofreció tomo un vino blanco por sugerencia suya, el cual estaba exquisito. Al llegar la cena salio del jacuzzi y se envolvió en la bata de baño para ir al cuarto a buscar que ponerse. Pero él. Sentado desde la sala de estar le dijo:

- No es necesario después de cenar usted puede seguir ahí sumergida.

Lo invite a que le acompañara y mientras cenaban él le hablo de la historias jocosas de la compañía para la que trabajaba. Ella se rió un buen rato y comenzó a observar que frente a ella estaba un hombre joven, apuesto, alegre cuyo rostro reflejaba sinceridad. Nunca se sintió mejor.

Después de cenar él se retiro de su cuarto y le dijo:

- Mañana a la 7:30 paso para que desayune y las 9 estaré dispuesto a llevarla a la compañía, a las 10 la esperan para iniciar el curso. Asistió con la cabeza le dio las gracias y las buenas noches.

Esa noche se quedó ahí sumergida en el jacuzzi pensando en él, hasta olvido llamar a su casa, a su esposo para decirle que estaba bien.

Cuando llego en la mañana ella aún no estaba lista y le mando a pasar y al verlo frente a ella lo bese en la mejilla para saludarlo y le dijo:

- En 15 minutos estoy lista, voy a ducharme.

- Si lo desea, la puedo acompañar en la ducha, anoche quería acompañarla en el jacuzzi mientras hablábamos.

Sintió todas las intenciones de esa invitación y no pudo negarse.

-Ven duchémonos juntos.

Ese hombre ya le había atrapado y ella lo quería para si. En la ducha mientras le enjabonaba sintió como sus manos recorrían con ternura su cuerpo, su espalda, sus piernas, sus brazos, sus nalgas mientras unas incipientes gotas de la ducha tocaban su cuerpo. Ella inmóvil frente a él dejo que la bañará y de repente ya casi cuando terminaba de ducharle comenzó a besarla y acariciarla con una exquisita ternura. Vio su miembro grueso, provocativo y dispuesto a poseerle y le dijo

- Vamos al cuarto.

- No vamos a sumergirnos en el jacuzzi

De un momento a otro estaban ahí sentados, él acariciándole y besándole mientras ella solo se abandonaba a su antojo.

Sus brazos le rodeaban y le acariciaban la espalda mientras su boca tiernamente le recorría la cara, el cuello y comenzó a bajar hasta llegar a su vagina y allí cada milímetro de sus pliegues fue besando, succionado o acariciando con su lengua lamiéndole todo desde orifico del ano hasta la parte baja de su pubis. Allí encontró el punto exacto donde venció todos sus sentidos haciéndole sentir volátil y única hasta que de tanto lamer, succionar y chupar sus sentidos se desprendieron y comenzó a convulsionar en un fuerte orgasmo que nunca olvidaría. Pasado unos segundos se dispuso a poseer y su vagina que aun vibraba por lo que acaba de pasar y fue grandioso cuando su viril miembro penetro como si fuera su primera vez sintió milímetro a milímetro como avanzaba hasta quedar ahí en todo el fondo vibrando y taladrando haciéndole enloquecer de emoción. Sus movimientos eran exactos correspondiendo a cada contracción de su vagina y cada vez se hacían más rápidos y le hacían gemir de la emoción hasta que no aguanto mas, le dio un orgasmo mas fuerte que el primero que me hizo gritar pidiéndole mas. El boto toda su energía y le dio la fuerza suficiente para subir al cielo y volver a bajar.

El calor de su cuerpo y los estremecimientos y el gran chorro de semen que boto le dio a entender que hacia rato no estaba con nadie, sus gemidos eran proyectados con tanta fuerza que al escucharlos se volví a calentar y se encendió en otro orgasmo, más corto pero igual de fuerte que el anterior.

Reposaron abrazados y mientras él dormitaba ella pensaba

-Que delicia de hombre, que delicia!

martes, 6 de mayo de 2008

La Amante


Soy la amante
que estrenas,
la nueva, la eterna,
la de muslos trigueños,
columnas seguras
que se abren perfectamente
para dar paso
a tu mar ancho y espeso.
Soy la de paralelas montañas,
erectas, duras,
por donde han caminado
pájaros heridos de amor.

Soy la amante nocturna,
la de noctámbulos besos,
( mis ojos, túneles profundos
donde se pierde la soledad).

Soy la de siempre, la eterna,
la que te arranca el hastío
de cada costado,
la que se tiende plácidamente,
la que se para,
la que te sorprende,
la que se quita las vestiduras
y se lava en tu río claro.
Soy la que te crucifica
con mis ojos, con mi lengua,
la que se pierde
en tu mirada lela,
la que infatigable
recorre tu cuerpo,
la que vibra con devoción
en tu silencioso mundo.
Soy ella, la eterna,
la antigua, la nueva,
la de siempre
la que se cierra
la que se abre
la de ambivalentes tardes.
Soy la que renace,
la que se abre
la que se cierra.


Orietta Lozano

sábado, 3 de mayo de 2008

Sobre los dulces cansancios

Hombre de la medida justa
para mis caderas,
recipiente de todos los temblores
de mi cuerpo,
madera antigua,
de fino roble,
erecto.

Volcán de lava que me siembra
hacedor de los dulces cansancios,
la ondulación de mi vientre,
de mi piel estrecha y concreta.

Navégame, marinero alucinado,
navégame y viérteme luego
en tus manos.

Soy todos los frutos y tú
todos los labios.
Bebámonos.

Ana Milena Puerta

viernes, 2 de mayo de 2008

Enferma

He estado muy enferma, busco los medicamentos que me recetaron.

Los síntomas han sido cambios de humor, manos temblorosas, deseos, fantasías,
sensacion de hormigueo en la parte baja del vientre, pensamientos "impuros" y temperatura de más de 38 °C.

Así que acudí al médico, al revisar mis ojos, mi boca, mi pecho, mis piernas y hacer una valoración ginecológica me dijo que mi enfermedad llamada abstemitis crónica se cura con los siguientes medicamentos a diario hasta que pasen los síntomas y de ser posible varias veces al día:

Cápsulas de Chupamexta

Tentra mi tripin, aunque también puede ser Tentramitrozon

Jarabe de Vergotim o inyecciones de Vergotramina

Supositorios de Vengome entuano

Y si sabes de algún otro medicamento que puede auxiliarme con mi grave enfermedad, no dudes en recomendarmelo.