sábado, 3 de mayo de 2008

Sobre los dulces cansancios

Hombre de la medida justa
para mis caderas,
recipiente de todos los temblores
de mi cuerpo,
madera antigua,
de fino roble,
erecto.

Volcán de lava que me siembra
hacedor de los dulces cansancios,
la ondulación de mi vientre,
de mi piel estrecha y concreta.

Navégame, marinero alucinado,
navégame y viérteme luego
en tus manos.

Soy todos los frutos y tú
todos los labios.
Bebámonos.

Ana Milena Puerta

1 comentario:

Jesús Mtz dijo...

Q lindas palabras de una pasion, desenfrenada pero ala vez con un toque de tu magia femenina.