para mis caderas,
recipiente de todos los temblores
de mi cuerpo,
madera antigua,
erecto.
Volcán de lava que me siembra
hacedor de los dulces cansancios,
la ondulación de mi vientre,
de mi piel estrecha y concreta.
Navégame, marinero alucinado,
navégame y viérteme luego
en tus manos.
Soy todos los frutos y tú
todos los labios.
Bebámonos.
Ana Milena Puerta
1 comentario:
Q lindas palabras de una pasion, desenfrenada pero ala vez con un toque de tu magia femenina.
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